Teresa es una de las 3 gallinas mellizas recatadas de un particular que las explotaba por sus huevos, en un corral diminuto en el que apenas se podían mover.
Tenían el pico cortado desde que eran pollitos, para que no se coman los huevos. Las gallinas poseen en el pico un sistema nervio muy desarollado con el que al picotear reconocen e interactúan, siendo el símil de las manos humanas. Teresa y Elena apenas tienen pico, lo que les impide relacionarse como deberían, poder comer con facilidad, pues casi todo el grano se le caía por el hueco. También les cortaron las plumas de vuelo, para que no se escaparan de su afinamiento
A pesar de su procedencia, y el poco trato que recibieron, se mostraban muy curiosas, cercanas, cantarinas y cariñosas con las humanas. Les encanta escarbar en la paja, ya que antes no tenían, darse baños y comunicarse con el resto de habitantes del santuario
Sus nombres proceden de la serie Las Tres Mellizas, pues nos transmiten mucha ternura, además de que son muy parecidas, y conviven como hermanas.
La pequeña Teresa a los 2 meses de llegar al santuario se puso enferma, afectándole al sistema nervioso, no siendo capaz de sostenerse en pie ni comer por si sola. Después de estar una semana hospitalizada, y no mejorar con el tratamiento, tuvimos que tomar la dura decisión de dejarla ir tranquila y que no sufriera. Lo intentamos todo por ella, pero las consecuencias de su selección genética para producir huevos, y la dura vida que llevó hasta rescatarla hizo que estuviera demasiado débil para sobrevivir con buena salud.
Vuela alto Teresa.