Laura y Patricia son dos ovejas que se encontraban en una granja abandonada.

Llevaban meses sin atención, rodeadas de suciedad, estiercol, hierros oxidados, ramas, sin agua, sobreviviendo de lo que varias personas les echaban de comer. Lo peor de todo, es ser abandonada, sin tener cómo salir adelante,estando embarazada.

Laura permaneció días contemplando y llorando el cuerpecito de su bebé, que murió a causa de las condiciones insalubres y el frío. A consecuencia de todo ello, se le produjo una mastitis, y necesitaba un tratamiento especial, además de sacarle la leche infectada de sus mamas, y ello suponía un coste muy alto que ningún ganadero quería pagar, y el estrés que suponía manipularla para sus cuidados.

Los veterinarios nos decían que estábamos locas por gastarnos en una oveja 200€ en el tratamiento para mastitis, porque ella no valía tanto, estaba vieja, y no sobreviviría.

Por supuesto no hicimos caso de sus comentarios, y lo dimos todo para que la abuelita saliera adelante, y con paciencia, cuidado, y cariño, logramos curarla.

Actualmente vive con buena salud, feliz y arropada de toda su familia.