Él es Homero, un gallo que un compañero de Albacete rescató del acoso que sufría por parte de unos chavales en la calle.

Por los hechos que vivió, era un animal muy asustadizo, que no confiaba en las personas, y huía de cualquier contacto físico. A pesar de todo, no era conflictivo, ni agresivo con nadie, al revés, era un gallo muy cuidadoso con las gallinas, a las que protegía en cada momento, les buscaba comida, y llamaba cuando era la hora de dormir.

Lamentablemente Homero falleció de neumonía por aspiración, y aunque estuvo hospitalizado unos días, no logramos que sobreviviera, dejando un gran vacío y silencio cada mañana en el santuario.