Víctima de las peleas de gallos, recibimos el aviso de una activista, la cual encontró un gallo en muy mal estado, abandonado en un terreno.

Claramente nos vimos en un caso de un gallo de pelea que ya no querían, y se deshicieron de él como si nada. Chester es muy viejito, estaba muy débil, con su cuerpo dolorido, después de años formando parte de una mafia de abuso y violencia para los gallos como son las peleas.

A penas se movía, le aterraba que toquen la cara, e inmediatamente la escondía, como acto reflejo de los golpes que habrá recibido a lo alrgo de su vida. Tenía el pico mal cortado y torcido, lo que le dificultaría comer, las uñas larguísimas, plumas cortadas...

No comía por si solo, así que lo alimentábamos con papilla con jeringuilla, además de su tratamiento, vitaminas, y curas en las heridas. Sentimos una gran impotencia e indignación ante su situación lamentable.

Nunca habíamos visto un gallo en estas condiciones, cosa que tampoco nos extraña, pues lo raro es que mantengan vivo un gallo de pelea que ya no sirve o que es viejo. Lo que nos lleva a temernos que lo estuviesen usando para entrenar a otros, y viendo como estaba lo dejaron morir.

Logramos que empezara a comer solito, que caminase, incluso su ánimo mejoró y comenzó a cantar.

Ha cambiado su forma de ser, es un abuelito muy entrañable y dulce, y aunque conserva algunos miedos y actos reflejos, sabemos que se siente a salvo y rodeado de estímulos positivos de toda su nueva familia.