Pepe era un corderito que nació el 6 de enero de 2017, el día de reyes.

Una pareja lo encontró en el campo, tras su paseo con los perros, balándole a su madre, con la placenta y el líquido amniótico todavía en su cuerpecito. A la vez que la pareja llegaba, veían como el pastor se alejaba con su rebaño, entre la que se encontraba la madre de Pepe.

No dudaron en llevarlo a casa, pues si hablaban con el pastor, el final del bebé sería desolador. Contactaron con nosotras esa misma noche, pudiendo preparar algunas cositas para su llegada al día siguiente. Al llegar, lloraba llamando a su mamá, y Nico al oirlo le contestó, buscándose el uno al otro por todo el santuario.

Siendo tan pequeño, era muy espabilado para no tener ni 24 horas de vida, y con las horas cada vez parecía más maduro, quería conocer el mundo, su nueva vida, el hogar que le esperaba lleno de amor.

Fue el primer corderito recién nacido que sacamos adelante, y con mucha paciencia, lloros de madrugada, diarrea, haciéndose pipí en la alfalfa que debía comer, y comiéndose la paja donde debía dormir, creció, convirtiéndose en una oveja negra preciosa.